lunes, 22 de junio de 2009

¡Como Sucre en Ayacucho!

Las Líneas de Chávez #25
Por Hugo Chávez Frías

Allá en San Cristóbal y Nieves, tierra caribe y extensión del África negra, me tocó decirlo, en el marco de la VI Cumbre de Petrocaribe y hoy quiero repetirlo una vez más: estamos enfrentados y confrontados a unas circunstancias tan exigentes que demandan de nosotros, sin excepción alguna, toda nuestra atención, conocimientos y esfuerzo en la búsqueda de soluciones verdaderas y conjuntas para superar la gran crisis de crisis que actualmente azota a la humanidad entera. Es en este sentido que quiero recordar una vez más a nuestro compañero infinito, nuestro comandante heroico, el Che Guevara, cuando por allá en 1964, en carta a Charles Bettelheim, decía: “Un poco más avanzado que el caos, tal vez en el primero o segundo día de la creación, tengo un mundo de ideas que chocan, se entrecruzan y, a veces, se organizan”.De lo que se trata, y así lo he interpretado, es de ponernos uno, dos, tres y cuantos pasos sea necesario dar, delante del caos; sí, pero a través de las ideas de todos y la praxis fundada en ellas, como respuesta alternativa a la gran barbarie que hace aguas junto con el modelo civilizatorio dominante, y que a todos nos afecta. Este fue el espíritu dominante que impregnó el ánimo de quienes asistimos a San Cristóbal y Nieves: dar otro paso más, delante del caos, porque “nuestras naciones no tienen la capacidad, por sí solas, de transformar el orden económico internacional, pero sí de sentar nuevas bases y construir sus propias relaciones económicas”, como ya lo había dicho desde Cumaná el Presidente cubano, nuestro compañero Raúl Castro. Petrocaribe es una de esas nuevas bases, para construirnos de nuevo y levantar cada día más alto las banderas de nuestra dignidad, libertad y grandeza caribeñas.

Tres propuestas presentó Venezuela para su consideración y estudio: la primera, relacionada con la soberanía alimentaria de nuestros pueblos.Las urgencias al respecto hacen impostergables las tareas a realizar: “Producir alimentos, ciencia y dignidad”, como decía Kléber Ramírez. ¡Soberanía alimentaria!, es lo que debemos perseguir y ello implica cambiar nuestros patrones y relaciones de producción y consumo.
Segundo, trabajar sobre el mapa de las potencialidades y planificar encadenamientos productivos, rompiendo las fronteras de cada país, cierto, pero para expandirlas en esta Patria Grande que conformamos entre todos.
Y tercero, la creación de una moneda para la integración. Ahora más que nunca en Petrocaribe tenemos que parir las armas contra la exclusión y la pobreza.

Si el socialismo es, como señala Rosa Luxemburgo, “un producto histórico, surgido de sus propias experiencias, en el curso de su concreción”, no hay dogma, receta o fórmula que sirvan para implantar su dinámica. De allí la importancia central del ejercicio crítico colectivo y permanente: la crítica no tiene sustitutos y es indelegable.La crítica garantiza la fluidez que el socialismo necesita en el curso de su concreción: si la crítica fuera desplazada por el dogma, éste se estancaría irremediablemente.El socialismo, lo sabemos, no puede decretarse: tiene que construirse y crearse colectivamente. Es la capacidad crítica y creadora, constructora y liberadora del pueblo, la que le da vida a una nueva sociedad.Tiene plena vigencia esta caracterización del socialismo de la gran Rosa:“Territorio nuevo. Miles de problemas. Sólo la experiencia puede corregir y abrir nuevos caminos. Sólo la vida sin obstáculos, efervescente, lleva a miles de formas nuevas e improvisaciones, saca a la luz la fuerza creadora, corrige por su cuenta todos los intentos equivocados”.En Venezuela estamos transitando por un territorio nuevo: el territorio socialista. Tenemos miles de problemas acumulados y por resolver: es la nefasta herencia del modelo capitalista. Y si, como dice Rosa Luxemburgo, es la experiencia la que puede corregir y abrir nuevos caminos, ésta, la experiencia, es sustantivamente crítica.El socialismo no está exento de intentos equivocados, de errores. Pero si el socialismo se decretara, esto es, si deviniera en dogma, receta o fórmula, los intentos equivocados, los errores, no se corregirían verdaderamente y terminarían multiplicándose.Bienvenidos, entonces, todos los espacios de discusión crítica sobre nuestra experiencia socialista.Y bienvenidos esos miles y miles que constituyen ese espacio crítico por excelencia que es y debe representar toda juventud que asuma su condición de revolucionaria, el máximo escalón al cual puede aspirar cualquier humano, para decirlo con el Che.

Qué alegría más inmensa saber que después de las jornadas organizadas por el PSUV, que finalizan este domingo, tengamos noticias ciertas de que se han inscrito más de un millón de jóvenes. Sangre nueva, fuego renovador, vocación socialista en el sagrado terreno de la Patria.A ustedes muchachas y muchachos, mis palabras de bienaventuranza y de compromiso con el porvenir. Sé que con su espíritu indomable el partido va en ganancia y se perfila alegre a las conquistas que nos esperan. Con su decisión nos ennoblecemos todos y todas y sepan que aquí cuentan con el espacio para fundamentar, tanto en ideas como en acción, la consolidación del empeño socialista. De ustedes esperamos el viento fresco y el ahínco que nos ayude a seguir elevando el espíritu moral de país. De lo que se trata es de ser en definitiva humanamente nobles y dignos de sabernos soberanos. Y para eso, tienen que tener por norte la transparencia ética que debe animar a todo revolucionario. Desde ya asuman con el pueblo venezolano la creación de una razón y una moral que nos abra el futuro. Vamos juntos, pues, a encarnar, como lo decía la pensadora española María Zambrano, “una razón y una moral que se pongan en pie con invencible impulso, una razón activa, victoriosa, arrolladora: una pureza creadora, llena de fuerza, que no tema mancharse con el contacto de la realidad, que no rehúya el combate de cada día”. Bienvenidos a la casa grande del socialismo.

Después de tanto ensayo fallido en la historia humana, se suele decir con insistencia que cobijar el sueño del socialismo es una apuesta a la utopía. Sin embargo hay que advertir que detrás de esa aseveración se oculta algo muy peligroso: un desánimo que acaba en un desalmado conformismo, por un lado; y por el otro un golpe demoledor al ímpetu del carácter revolucionario que nos debe animar cotidianamente. Hace diez años aquí izamos las velas hacia la costa de la felicidad compartida. Mucho se ha hecho y falta aún mucho más, pero convenzámonos de algo que tenemos por cierto: aquí le vamos a borrar la “u” a la utopía.Pero para derribar esa “u” de la utopía y permitirnos sembrar entre nosotros el socialismo como experiencia de vida, tenemos que detenernos en las circunstancias que marcan este designio.Para ofrecer algunos elementos a considerar quiero basarme en unos planteamientos que esboza el filósofo mexicano Adolfo Sánchez Vázquez en su libro Entre la realidad y la utopía.Pensar y aventurarse a concebir el socialismo pasa por darle respuesta a puntuales apremios: el quién, el dónde, el cómo y el sobre qué del socialismo. Hasta ahora yo he preguntado con insistencia dónde está el socialismo, pero a la luz de este pensador es necesario ampliar el campo de interpretación.
Es vital en primera instancia saber de qué debe estar poblada la calidad humana de quienes harán posible el socialismo. Cuál es el perfil ético, la conformación cultural y espiritual de los hombres y de las mujeres que asumen el reto con la historia de ir haciendo cada día realidad el soberano ejercicio del poder popular. Esto es crucial ya que para nosotros el ser humano es alfa y omega en nuestro empeño. En este sentido contamos con una enorme ventaja: el legado libertario de nuestros fundadores en donde podemos hallar el carácter y la ética como fundamentos no sólo de la venezolanidad, sino además del espíritu transformador de la historia.
A la par en segundo lugar, hay que afinar con precisión dónde, en qué contextos estamos llamados de manera urgente a ir instaurando el socialismo. Sobre esto ningún espacio debe sernos ajeno. Todo ámbito en el que podamos elevar los principios socialistas debe ser poblado del ejercicio real y encarnación socialista. Hay que irrigar con espíritu y práctica de justicia las fábricas, los campos, los centros pesqueros, las industrias, las universidades y liceos, la calle, el barrio, la vereda, que no haya rincón donde no esté en marcha una iniciativa socialista. Todos y todas que, aquellos y aquellas que, de cuerpo y alma, compartamos la impostergable necesidad histórica de dejarles a nuestros herederos una Patria ciertamente socialista debe convertirse en un combatiente incansable de esta batalla por la vida.
No es menos importante, en tercer lugar, seguir insistiendo en las formas, en el cómo, que hemos venido adelantando con la consolidación de los consejos comunales y el nacimiento de las comunas socialistas; en esta estrategia organizativa debemos concentrarnos hasta hacer de ella el cauce de los cambios culturales que nos vayan acercando al horizonte socialista.He aquí el corazón en el que gran parte del esfuerzo debe profundizarse: el ejercicio diario cada vez más determinante y decidido de concebir y abrir las puertas al poder en manos del pueblo. Sólo dando poder al pueblo se hará justicia.
Y por último, en cuarto lugar, es necesario tener siempre presente qué es lo que debe ser transformado en la transición al socialismo, sobre qué actúa. Sin duda que debemos movernos hacia el desmantelamiento definitivo de todas aquellas formas de opresión que tan arraigadas están en las herencias que aún viven en el orden capitalista que nos envuelve, ya estén presentes en la posesión de los medios de producción o en el criminal manejo de los modos y relaciones de trabajo que conforman el esquema productivo dominante. Tenemos que reparar en este sentido tanto en las formas opresivas materiales como en las imaginarias y culturales. Avanzar hacia el socialismo supone ir despejando de dominación todos aquellos ámbitos humanos para que reine en ellos la autonomía plena y la real independencia.
Finalmente, creo pertinente pensar en un aspecto que no contempla Sánchez Vázquez y sobre el cual he venido adelantando algunas reflexiones: ¿Cuánto tiempo nos ocupará crear las condiciones de vida socialista? Y respondo sin duda de ningún tipo: se nos irá toda la vida en esta tarea sublime. Sin embargo, aprecio como una necesidad impostergable ir haciendo coincidir las acciones con los horizontes marcados por el tiempo humano, este que nos ha tocado vivir. Distinguir lo urgente de lo necesario para ir dándole sentido al destino socialista. No nos podemos permitir demoras en este empeño, juntos debemos apurar los cambios y tener siempre presente que las conquistas que nuestro pueblo exige como una exigencia sagrada, no aguantan más postergaciones.“En la demora está el peligro”, nos recuerda el general presidente, mártir del pueblo ecuatoriano, Eloy Alfaro.
A la ofensiva siempre, a paso de vencedores.
¡Como Sucre en Ayacucho!
¡Patria, socialismo o muerte!
¡Venceremos!

En la encrucijada de la crisis global

Arturo Guillén
ALAI AMLATINA, 18/06/2009.-

La crisis global es la crisis más importante experimentada por el capitalismo desde la gran crisis de los años treinta del siglo pasado. Se trata de una crisis de deuda-deflación de nuevo tipo, que señala los límites del régimen de acumulación con dominación financiera vigente desde la década de los ochenta, y que estaba caracterizado, entre otros elementos, por la bursatilización, es decir, por un régimen de financiamiento basado en la emisión de obligaciones y derivados.

En el tercer trimestre de 2008 la crisis inmobiliaria que comenzó a manifestarse en Estados Unidos a comienzos de 2007, se transformó en una crisis financiera de grandes proporciones con efectos sistémicos. A la fecha, a pesar de las enormes pérdidas registradas en los mercados financieros y del alto costo de los rescates y de las inyecciones de liquidez efectuadas por los bancos centrales y de los gobiernos, la inestabilidad financiera está lejos de haberse superado. Además, se inició una recesión de alcance global en el segundo trimestre de 2008.La crisis económica y financiera es sólo uno de los cuatro procesos de crisis que enfrenta el mundo en la actualidad. Junto a ella se entrelazan otros procesos iguales o más importantes, como la crisis ecológica (donde destacan los problemas derivados del calentamiento del planeta); la crisis energética que señala los límites de un paradigma energético y de un modo de consumo basado en el uso y abuso de los combustibles fósiles; y la crisis alimentaria. Es, pues, una crisis inédita y multifacética. Se asiste, en muchos sentidos, a la crisis de lo que Braudel denominaba la “civilización occidental”.

Cuando la crisis financiera ya se manifestaba con fuerza en Estados Unidos durante el último trimestre de 2007, en algunos círculos existía la creencia errónea, el mito de que ciertos países podrían “desacoplarse” (decoupling) de los efectos de la misma. Se popularizó la idea de que aún en el caso de una recesión estadounidense, el ciclo de crecimiento de la economía mundial se mantendría y la Unión Europea, Asia, así como los países emergentes podrían seguir creciendo.Pronto se evidenció que tal “desacoplamiento” no existe, mucho menos en una economía tan globalizada como la actual. En un trabajo anterior (Guillén, 2009) sostenía que la crisis se globalizaría por dos razones: primero, porque la “burbuja” de los bienes raíces no fue un fenómeno estadounidense, sino que abarcó a muchos países; y segundo, porque el involucramiento en la orgía de bursatilización y derivados incluyó también a bancos e intermediarios financieros europeos y asiáticos. Además, resulta difícil pensar en desacoplamiento en un mundo más integrado que nunca, por la vía del comercio exterior y de los flujos financieros. Tampoco resulta factible esperar desacoplamientos en el marco de una “arquitectura” financiera mundial donde los Estados Unidos actúan como “comprador de última instancia” mediante el financiamiento de sus déficit (presupuestal y de balanza de pagos) vía ahorro externo. En otras palabras, no es dable esperar que los vagones continúen su movimiento cuando la locomotora se detiene.Es posible que algunas grandes economías como China o India, resistan mejor los embates de la crisis y logren mantener su crecimiento. Sin embargo, el aumento en sus productos internos será a una tasa mucho menor, y siempre y cuando logren reenfocar sus estrategias de desarrollo hacia sus mercados internos.

La mayoría de los países han entrado en recesión, o lo harán en los meses siguientes. Esta es generalizada y profunda. Se trata sin duda de la contracción más importante desde la posguerra. Abarca a los Estados Unidos, a la Unión Europea, a Japón, a los países de Asia del Este y a un buen número de los llamados países emergentes de la periferia. América Latina no es la excepción.La crisis global golpeó a América Latina cuando esta región emergía de uno de los periodos de expansión económica más intensos de las últimas décadas. Según datos de la CEPAL, el PIB de la región creció a una tasa promedio del 5 por ciento anual entre 2003 y 2008, lo que significa un incremento medio superior al 3 por ciento en el producto por habitante, resultado no conseguido desde la época del modelo de sustitución de importaciones (CEPAL, 2008: 13). Algunos países como Argentina y Venezuela tuvieron una mejor trayectoria, con tasas de crecimiento de más del 8 por ciento por varios años consecutivos.El buen desempeño económico de América Latina obedeció, en alguna medida, al mejoramiento sustancial de los términos de intercambio, al crecimiento del volumen de exportación y a los altos precios de los productos primarios durante el periodo de referencia, pero también en el caso de varios países, como los citados arriba y otros, al abandono de las recetas del Consenso de Washington, a la búsqueda de estrategias alternativas de desarrollo y a la aplicación de políticas monetarias, fiscales y salariales activas.La recesión comenzó en América Latina durante el cuarto trimestre de 2008. A pesar de ello todavía en diciembre de 2008, la CEPAL preveía para 2009 un crecimiento del PIB del 1.9 por ciento. Sin embargo, en abril de 2009 el mismo organismo estimó una contracción del 0.3 por ciento (CEPAL, 2009a), y en junio la modificó a una mayor del -1.7% (El Financiero, 2009). El FMI y el Banco Mundial coinciden en que la región entrará en recesión y que esta afectará a economías tan importantes como Brasil, México, Argentina, Chile y Colombia. Durante el cuarto trimestre de 2008, México, Brasil, Argentina y Chile registraron decrecimientos anualizados del PIB del 10.3 por ciento, 13.6 por ciento, 8.3 por ciento y 1.2 por ciento respectivamente. En el primer trimestre de 2004, las caídas se moderaron en Brasil, Chile y Argentina, pero se profundizó en México al registrar un decrecimiento anualizado sin precedentes, del 21.5%.

En contra de lo que afirman diversos voceros, la crisis en América Latina no viene de fuera. Desde la crisis de la deuda externa de los ochenta, nuestros países se insertaron pasivamente en la globalización neoliberal, y fue dicha inserción la causante principal del estancamiento económico experimentado durante las últimas décadas. Ahora que la crisis global marca límites a la globalización, se evidencia la imposibilidad de mantener un patrón de acumulación liderado por las exportaciones y sostenido por políticas monetarias y fiscales restrictivas. La mejor constatación de la inoperancia del modelo neoliberal lo marca el hecho de que los países que lograron superar el estancamiento en el anterior periodo expansivo, fueron aquellos que se alejaron del Consenso de Washington y ensayaron estrategias alternativas de desarrollo. Otra cosa es que debido a la profundidad de la crisis, ésta afecta a todos los países de la región, con independencia del estilo de desarrollo adoptado.Según la CEPAL (2008), los principales mecanismos de transmisión de la crisis han sido el deterioro de los términos de intercambio, la disminución de las remesas de los emigrantes y el retiro masivo de los flujos privados de capital de los mercados financieros. Este organismo multilateral (2008: 22) estima que los términos de intercambio de la región caerán un 15 por ciento durante 2009. Los precios de los productos primarios se desplomaron con la crisis. En febrero de 2009, estos precios habían caído respecto al pico de la expansión, de la siguiente manera: petróleo en 51 por ciento, alimentos en 18 por ciento, arroz en 50.6 por ciento, maíz en 47.9 por ciento, trigo en 41.9 por ciento, metales en 49 por ciento y cobre en 37.9 por ciento. En el caso de la caída de las remesas de migrantes, los países más afectados serán México, Bolivia, Ecuador y la mayor parte de Centroamérica y del Caribe.Sin embargo, el factor que probablemente más ha afectado a las economías latinoamericanas, sobretodo a las más vinculadas a los circuitos financieros internacionales, es el retiro abrupto de los flujos externos de capital. El Instituto de Finanzas Internacionales, organismo dependiente del FMI, prevé que los ingresos de capital privado en los mercados emergentes descenderán a 165,000 millones de dólares en el 2009, una fuerte baja respecto a los 466,000 millones del 2008 y al récord histórico de 929,000 millones registrado en el 2007. La salida de recursos de los mercados de dinero y de capitales hacia instrumentos más seguros como los Bonos del Tesoro estadounidenses, no sólo han afectado los índices bursátiles y otras variables financieras de la región, sino que han provocado fuertes devaluaciones cambiarias. Es notable la devaluación de las monedas en los casos de México y Brasil, las dos mayores economías de la región. De julio de 2008 a febrero de 2009 la devaluación del real brasileño y del peso mexicano ante el dólar estadounidense fue 30.5 por ciento en ambos casos. Mientras en Chile y Argentina es de 15.2 y 14.9 por ciento respectivamente. Después, tanto en Brasil como en México se registró una recuperación relativa de sus monedas frente al dólar. En el caso de México vinculado al uso de la línea de crédito que le extendió la Reserva Federal estadounidense al Banco de México y a la contratación de una línea de crédito por 47 mil millones de dólares con el FMI.La crisis global tiene todavía un largo camino por recorrer.

El proceso de desvalorización de los capitales no ha concluido aún. Hasta ahora los países desarrollados han bajado hasta el límite la tasas de interés y han ejecutado agresivos programas fiscales de salvamento para estabilizar sus mercados financieros, romper la restricción crediticia y contener la recesión, sin que hayan logrado modificar sustancialmente el marco de incertidumbre en que se desenvuelve la economía mundial. Por el contrario, el panorama se nubla por el avance de la deflación y por su imbricación con la recesión. En esta ocasión no habrá salida exportadora para ningún país, lo que obligará a reestructurar los sistemas productivos y buscar la salida en los mercados internos y en espacios regionales de integración.

La situación de América Latina es sin duda compleja, con graves dificultades a encarar en el futuro inmediato. El camino de México, de Colombia y de los países más cercanos al Consenso de Washington parece definido: integrarse más con Estados Unidos, subordinarse a los organismos multilaterales y esperar a que pase el diluvio para reflotar el modelo neoliberal. Para algunos puede ser un escenario atractivo, pero los costos sociales serán inmensos. Sin duda se profundizarán la heterogeneidad estructural, la desigualdad social y la pobreza. Por otra parte, la ruta para los gobiernos autodefinidos como progresistas, que son la mayoría de la región, es difícil. Estos gobiernos deberían perseverar, en un contexto mundial convulso, en su unidad; en la profundización de sus procesos de transformación económica y política internos; en la búsqueda de estrategias y políticas alternativas; en la ampliación de sus relaciones con las potencias emergentes (China, Rusia, India, Irán, etc.); y en la concreción y fortalecimientos de esquemas de integración sur-sur.

BIBLIOGRAFÍACEPAL (2009). “Crecimiento de América Latina y el Caribe retrocedería a -0.3% en 2009, según la CEPAL”, 6 de abril, en: http://www.eclac.org-------- (2008). Balance preliminar de las economías de América Latina y el Caribe, Comisión Económica para América Latina, Naciones Unidas, Santiago de Chile.El Financiero (2009). “Estima Cepal caída de 1.7% del PIB en América Latina”. México 11 de junio.Guillén A (2007). Mito y realidad de la globalización neoliberal. México, Miguel Ángel Porrúa editores –UAMI-
Dr. Arturo Guillén R. es Profesor-Investigador del Departamento de EconomíaCoordinador del Posgrado en Estudios Sociales, Línea Economía SocialUniversidad Autónoma Metropolitana Iztapalapa, México