sábado, 23 de febrero de 2008

IDENTIFICACION DE LA COYUNTURA
Douglas Pérez

Tenemos que tener claro que la coyuntura política-económica y social actual está presente antes, durante y post referéndum del 2/12. Sería un error pensar que estamos ante las consecuencias del referéndum y no que el referéndum fue un evento dentro de la coyuntura que significó una señal que no todos en el campo de la revolución han sabido interpretar; “algunos ven el árbol y no el bosque”. Sin desdeñar las acciones de la oposición política y de la burguesía para acabar con el proceso de cambios, debemos señalar que ciertas manifestaciones de la crisis actual son independientes de la voluntad misma de la burguesía y no pueden desligarse del accionar del Estado dado el enorme peso en la estructura económica. Es decir, Estado y burguesía son parte de la misma pieza en el actual juego económico. Ante la existencia de un Estado rentista que distribuye una enorme masa monetaria en la población que estimula el consumo de artículos de primera necesidad y de todo tipo, el Estado no ha sido capaz de equilibrar la oferta, empero, ¿tendrá la burguesía la capacidad de equilibrar la oferta?, veamos algunos aspectos de la teoría económica:

“La forma más sencilla para que el ciudadano no-economista entienda el problema de la inflación y se libere de las mistificaciones, es mediante la llamada “ecuación cuantitativa” de la teoría cuantitativa del dinero. Simplificando se puede explicar de la siguiente manera. Toda economía moderna está compuesta por un circuito monetario (dinero) y un circuito de bienes y servicios. Cada circuito está determinado por dos factores (variables): el monetario por la masa monetaria M (total del dinero circulante) y la velocidad de rotación (circulación) del dinero V; el de bienes y servicios por el conjunto de bienes/servicios Q y sus precios P.

La ecuación M x V = Q x P expresa que tanto la inflación como su contrario, la deflación, resultan de un desequilibrio entre ambos circuitos. Cualquier aumento desproporcional del lado izquierdo de la ecuación genera un efecto inflacionario (aumento de precios); cualquier aumento desproporcional del lado derecho genera un efecto deflacionario (reducción de precios).

Las causas de la inflación pueden ser esencialmente cuatro: 1) el aumento de los precios de importación (la inflación importada); 2) un boicot económico; 3) una catástrofe natural; 4) un aumento desproporcionado de liquidez (dinero). Los primeros dos factores son el argumento fundamental del discurso oficial; el tercero no aplica a Venezuela y el cuarto es la razón fundamental de la inflación nacional.

El desabastecimiento de mercancías en una economía crematística se da cuando los precios de venta (tasa de ganancia) no son atractivos para el productor o vendedor (capitalista). Este es el caso de Venezuela. Muchos de los precios fijados por el Estado (precios administrativos), que afectan 400 rubros, son tan bajos que la oferta de productos desaparece, ya sea, por que se dejan de producir o por que se vendan en mercados que ofrecen precios más altos, como son Colombia y el mercado negro.” (H.Dieterich).

Siendo que la solución al desequilibrio económico que significa la inflación y la escasez de bienes pasa por el estímulo a la producción, es necesario un plan serio y sostenido en este sentido, urgente, que involucre a todos los sectores, protegiendo y estimulando donde haya que hacerlo; toda vez que el esquema de acumulación de capital todavía imperante en nuestro país conlleva a la quiebra de los sectores más pequeños de la economía privada, y de la economía cooperativa y social sin importar su tamaño. Hay que cuantificar, cuánto producimos y cuánto hace falta para equilibrar la oferta, en que tiempo y en dónde producir. Cuáles son los cuellos de botellas o los nudos de la comercialización en cada cadena de rubros. Cuáles son los conflictos y el debido plan de solución. En lo económico, para citar un ejemplo, deberíamos subsidiar la leche a nivel de productor y empezar a salirnos de los acuerdos neoliberales de la Ronda de Uruguay donde los países latinoamericanos renunciaron a las medidas de protección a la agricultura en la década del 80.

Si no se acometen cambios estructurales al modelo económico y de acumulación capitalista de nuestro país, tendremos estas penosas crisis cíclicas propias del sistema mismo que se llevan tras de sí las esperanzas del pueblo, por significar la inflación la más inhumana expropiación de los ingresos y de la capacidad de ahorro de los sectores más pobres. No es la primera vez que nuestro modelo imperante nos muestra este desequilibrio de inflación con escasez o estancamiento económico conocido como estanflación; el período posterior del primer gobierno de CAP (tras la crisis del embargo petrolero y la cuadruplicación de los precios del petróleo) con el gobierno de Luís Herrera (y sus medidas monetaristas) y la escasez con acaparamiento que generaron el febrero del 89 son los ejemplos más dramáticos.

Las medidas de creación de mecanismos como Mercal y Pdval son importantes en tanto la red de comercialización acerca el producto al consumidor, (sin olvidar la corrupción en Mercal donde el producto volvía al comerciante a precios más elevados), si no se toman medidas en el plano de la producción (estatal, cooperativa, social y privada), serán cadenas sujetas a la oferta de productos importados y a los precios de esos productos, sin resolver la República el descomunal desbalance entre la importación y exportación de productos alimenticios. La revolución no ha resuelto todavía el tema de la agricultura de puertos.

La coyuntura es producto de la estructura económica, del Estado que tenemos y de las políticas rentísticas que aplicamos. Las medidas deben ser estructurales. La falta de profundidad en tales medidas implicarían un reforzamiento de la crisis y la profundidad implica revisión en todos los sectores. De nada serviría la nacionalización de ciertas industrias alimenticias si se administran con ineficacia. La primera revisión y la primera línea de combate es contra la burocracia, la ineficacia, la corrupción estatal y el clientelismo a todos los niveles. Contra el derroche y el excesivo gasto burocrático en detrimento del gasto social y productivo. Se debe colocar el énfasis también en el trabajo estadístico sobre todos los sectores de la economía para conocer con rigor científico, cuánto estamos produciendo y con qué recursos debemos contar para cumplir las metas de la producción y cómo hacer llegar esos productos a la población. Demasiado liberalismo económico han colocado las fuerzas del mercado en el horizonte donde siempre se han movido: la maximización de la ganancia, por cualquier vía, aumentos de precios y hasta acaparamiento y contrabando. La planificación económica y una rigurosa intención de cumplir y hacer cumplir el plan es la salida.

“El socialismo económico sin la moral comunista no me
interesa. Luchamos contra la miseria, pero al mismo tiempo
contra la enajenación. Si el comunismo pasa por alto los
hechos de conciencia, podrá ser un método de repartición, pero
deja de ser una moral revolucionaría”.
Ernesto Che Guevara.

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