Los perdedores del “boom” inmobiliario
editorial staff
11.04.2008 16:30
En España se está sintiendo el pinchazo de la espiral especulativa en el sector inmobiliario. En EEUU la crisis hizo y sigue haciendo estragos. En Panamá todos esperan que más temprano que tarde reviente la burbuja inmobiliaria.Hay quienes dicen que el "boom" de la construcción se detendrá cuando la gente pierda confianza en el sistema. Una posición que se puede cuestionar seriamente. En EEUU el boom mobiliario se vino abajo cuando los préstamos subprime socavaron el mercado y decenas de miles de familias quedaron en la calle. En España se desinfló la demanda y miles de familias se arruinaron.
En Panamá la especulación se basa en la percepción positiva que tienen los inversionistas sobre los enormes gastos públicos que se realizarán próximamente en la ampliación del Canal. El entusiasmo contagió a la ciudad de Panamá que en 2007 autorizó permisos de construcción por más de US$2 mil millones. Todo indica que 2008 va por el mismo camino. La demanda inmobiliaria actual no responde a las necesidades que tiene la gente para comprar una casa donde vivir. Quienes buscan casa no tienen entre US$150 y 250 mil para invertir. Hay apartamentos que aún no se han construido que se venden por más de un millón de dólares. Los apartamentos son comprados y vendidos por especuladores que están apostando a futuro. Es decir, hoy compran por una cantidad y mañana esperan vender por una cantidad mayor.
La fiesta especulativa apuesta a que la ampliación del Canal de Panamá siga atrayendo a muchos inversionistas con fondos que la mayoría de las veces no les pertenecen. Son los promotores o los jugadores de la bolsa que trabajan con fondos mutuos (ahorros de pensión de los trabajadores) de EEUU, España, otros países de Europa y, desde 2006, también de Panamá. (No hacemos mención de los inversionistas que llegan a playas panameñas con fondos obtenidos ilegalmente y buscan un mercado para “lavarlos”).
Los inversionistas no apuestan al desarrollo de un país. Tampoco contribuye al crecimiento de la economía. Los conocedores siguen el ciclo de los precios de la construcción comprando y vendiendo. Con cada ciclo (compra-venta) se embolsan una ganancia. Cuando el ciclo se rompe o termina, el inversionista se queda con algunas propiedades en la mano. Ese es el momento para retirarse del juego y buscar otras actividades rentables. Cuando termine el “boom” los valores inmobiliarios comienzan su camino inverso. En vez de subir de precio, las propiedades comienzan a "depreciarse", es decir, a perder valor. El apartamento que fue vendido en US$250 mil de repente no encuentra compradores y tiene que venderse en sólo la mitad o menos de su valor. El inversionista ya ha hecho sus ganancias y se aleja de la escena del despojo, sin mirar hacia atrás.
Hay tres perdedores:
El primer perdedor es el banquero quien pierde las ganancias extraordinarias que esperaba obtener del “boom” especulativo. El banquero trabaja con fondos mutuos tomadas de los ahorros de los trabajadores o con bonos emitidos por algún gobierno. A pesar de todo el sistema bancario sigue ganando según la tasa normal.
Los segundos perdedores son los millones de trabajadores del mundo entero que pierden sus pensiones en la jugada especulativa de los inversionistas y banqueros. También desaparecen los ahorros de quienes compraron bonos emitidos por algún gobierno. La fiesta (y todos los platos rotos) la pagan los trabajadores.
Hay un tercer perdedor que en cantidad son menos. Son las familias que compraron una vivienda haciendo sacrificios (pagando la primera letra y pagos mensuales) por una cantidad determinada. Cuando se interrumpe el “boom”, las familias descubren que su propiedad ha perdido gran parte de su valor. En Panamá hay muchas familias que han sido absorbidas por el boom de la construcción. Tienen ahorros y deciden subirse al carro del mercado inmobiliario comprando un apartamento. Creen equivocadamente que además de comprar una casa, también están haciendo una buena inversión. Creen que al aumentar el valor de la propiedad están ganando en el mercado.Esta es una apuesta perdedora y peligrosa en la medida en que el ciclo especulativo tiene su período de vida definido. Prueba de ello EEUU, España y otros países. ¿Tendrá el boom de la construcción en Panamá la misma duranción que la ampliación del Canal? ¿Hasta el 2012? ¿O será menos? ¿Hasta el 2009? ¿O será hasta el 2015?
A los inversionistas que especulan en el mercado inmobiliario les es indiferente cuanto tiempo dura el boom. Cuando colapsa el mercado, el inversionista no mira hacia atrás, sigue caminando con su ganancia en las manos. Los perdedores son los trabajadores que ven desaparecer los fondos de sus pensiones, la familia frustrada que pierde su vivienda y el desarrollo del país. ¿Hay un responsable? Claro que sí. El gobierno que se pone al servicio y en la planta de los especuladores, redactando y aprobando las leyes que les permite corromper a funcionarios y apropiarse de los ahorros de varias generaciones.
Marco A. Gandásegui, hijo, es docente de de Panamá e investigador asociado del Centro de Estudios Latinoamericanos (CELA) Justo Arosemena.
ALAI, América Latina en Movimiento
martes, 22 de abril de 2008
Día mundial de La Tierra, nuestro hogar común.
ALAI, América Latina en Movimiento2008-04-18
Los efectos del cambio climático.
Aníbal Martínez
El cambio es una constante universal; sucede permanentemente en el cosmos, en los planetas, en la evolución de la vida como manifestación de la interacción de la materia y la energía, en la propia evolución de la especie humana, de su conciencia individual y colectiva; y, por lo tanto no debe sorprendernos el cambio del clima a nivel mundial y local.
El calentamiento global se inició hace unos 11,000 años, desde que se inventó la agricultura en la Mesopotamia y China.Lo que si debe preocupar es la magnitud y velocidad de los cambios en relación a un proceso normal de transiciones atmosféricas y geofísicas que permiten una adaptación gradual de las diferentes formas de vida existentes en el planeta. Especialmente porque dichos cambios vertiginosos son provocados por la actividad humana, fundamentada en principios de competitividad y una mala interpretación del principio darwiniano, de la selección del más apto o el más fuerte, idealizada por la ideología neoliberal o de libre comercio.
Esta ideología es la responsable del mal uso que la humanidad ha hecho de los descubrimientos científicos y la aplicación de los productos de la tecnología, afectando negativamente el uso, manejo y conservación de los recursos naturales del planeta, incidiendo en la distribución no equitativa de las riquezas que generan dichos recursos y el trabajo colectivo, privilegiando el capital e ignorando que todos y cada uno de los integrantes de la especie humana somos producto de las probabilidades de expresión del genoma humano y por lo tanto cada uno indispensables para la sobrevivencia y evolución de la especie.
Por fin la preocupación del cambio climático ha llegado a todos los sectores, por los efectos dramáticos que se están observando y afectan diversas actividades humanas; que se suman al escenario humano de: Pobreza extrema de amplios sectores en varias regiones del mundo, que pueden constituir focos de inestabilidad mundial. Relativa soberanía de los Estados ante un proceso de Globalización, que ha generado un Sistema-mundo, sin autoridad y reglas globales para el desarrollo integral. Dominio, expansión e incertidumbre del conocimiento (biotecnología, bioinformática, tecnología cuántica, tecnología de información y comunicación) . Visualización de cambios anivel mundial, provocados por la crisis del petróleo y Establecimiento de redes, de diversos orígenes y con diversos objetivos y fines, incluyendo las redes de maras, narcotráfico y bandas criminales.Los cambios climáticos, independientes de las causales humanas (expansión demográfica, procesos productivos, hábitos de consumo, mal uso y manejo de los recursos naturales, manejo de residuos, etc. ) y los efectos atmosféricos y geofísicos (descongelamiento de los polos, elevación del nivel del mar, alteración de temperaturas y ciclos hídricos locales y globales), tendrá efectos trascendentales en la vida humana: sequías que pueden ser causales de grandes hambrunas, tormentas e inundaciones de magnitudes enormes que podrán causar grandes desastres, nuevas cepas mutantes de microorganismos causales de enfermedades, consideradas erradicadas, alteración de la biodiversidad y patrones de producción, alteración de los patrones de consumo, reformas estructurales en los sistemas políticos y económicos de los países que permitirán nuevas relaciones y acondicionamientos geopolíticos en el mundo; o en el peor de los casos, podrían ocasionar nuevos conflictos mundiales, si la primacía del capital no cede su valor ante el trabajo colectivo.
¿Cómo podemos enfrentar este desafío cada uno de nosotros y la especie, en forma colectiva y global?
A nivel individual: es necesario y urgente cambiar nuestros hábitos de consumo y uso de los recursos, indispensable adoptar la cultura del reciclaje en todos los órdenes de la rutina cotidiana. La clave es ahorrar lo más que podamos en el uso de la energía, así como un uso racional del agua y los bosques.
A nivel de empresas: Aplicar planes de ahorro de energía, innovar procesos de producción más eficientes y superar la tradicional y universal jornada laboral de ocho horas, alternando turnos y adoptar la idea de semana corrida, sin paros generales sábados y domingos.
A nivel de gobiernos locales: Apostarle a proyectos locales de generación de energía, a partir de fuentes renovables y limpias, tales como la solar, la eólica. Organizar la recolección de desechos orgánicos y su uso para la generación de biocombustible, así como también coordinar el reciclaje de desechos sólidos, tales como plástico, metal, vidrio y papel-cartón. Reglamentar objetivamente el funcionamiento de automotores y maquinaria industrial, para minimizar la emisión de gases que contaminan el ambiente.
A nivel mundial: Implementar el Plan para estabilizar las emisiones de carbono. Ante la posibilidad de aumentar la fuente de carbón, por la crisis del petróleo, es necesario reglamentar la obligación para las empresas extractoras de carbón, de implementar la tecnología de Captura y Almacenaje del Dióxido de Carbono, que se libera al convertir el carbón en energía útil.
Para prever los efectos del calentamiento global sobre la salud humana y la seguridad alimentaria, las Naciones Unidas y los países más ricos, especialmente los que basan una buena parte de su economía en la industria de la guerra, deben valorar el patrimonio genético de la especie humana, enfrentar las prácticas del terrorismo buscando las profundas e históricas causas de la misma, para destinar muchos recursos económicos a los programas integrales de seguridad alimentaria y la prevención y mitigación de desastres que posiblemente podrán suceder.-
Aníbal Martínez es Ing. Agrónomo. S.G. CSUCA.http://alainet.org/active/23617
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Los efectos del cambio climático.
Aníbal Martínez
El cambio es una constante universal; sucede permanentemente en el cosmos, en los planetas, en la evolución de la vida como manifestación de la interacción de la materia y la energía, en la propia evolución de la especie humana, de su conciencia individual y colectiva; y, por lo tanto no debe sorprendernos el cambio del clima a nivel mundial y local.
El calentamiento global se inició hace unos 11,000 años, desde que se inventó la agricultura en la Mesopotamia y China.Lo que si debe preocupar es la magnitud y velocidad de los cambios en relación a un proceso normal de transiciones atmosféricas y geofísicas que permiten una adaptación gradual de las diferentes formas de vida existentes en el planeta. Especialmente porque dichos cambios vertiginosos son provocados por la actividad humana, fundamentada en principios de competitividad y una mala interpretación del principio darwiniano, de la selección del más apto o el más fuerte, idealizada por la ideología neoliberal o de libre comercio.
Esta ideología es la responsable del mal uso que la humanidad ha hecho de los descubrimientos científicos y la aplicación de los productos de la tecnología, afectando negativamente el uso, manejo y conservación de los recursos naturales del planeta, incidiendo en la distribución no equitativa de las riquezas que generan dichos recursos y el trabajo colectivo, privilegiando el capital e ignorando que todos y cada uno de los integrantes de la especie humana somos producto de las probabilidades de expresión del genoma humano y por lo tanto cada uno indispensables para la sobrevivencia y evolución de la especie.
Por fin la preocupación del cambio climático ha llegado a todos los sectores, por los efectos dramáticos que se están observando y afectan diversas actividades humanas; que se suman al escenario humano de: Pobreza extrema de amplios sectores en varias regiones del mundo, que pueden constituir focos de inestabilidad mundial. Relativa soberanía de los Estados ante un proceso de Globalización, que ha generado un Sistema-mundo, sin autoridad y reglas globales para el desarrollo integral. Dominio, expansión e incertidumbre del conocimiento (biotecnología, bioinformática, tecnología cuántica, tecnología de información y comunicación) . Visualización de cambios anivel mundial, provocados por la crisis del petróleo y Establecimiento de redes, de diversos orígenes y con diversos objetivos y fines, incluyendo las redes de maras, narcotráfico y bandas criminales.Los cambios climáticos, independientes de las causales humanas (expansión demográfica, procesos productivos, hábitos de consumo, mal uso y manejo de los recursos naturales, manejo de residuos, etc. ) y los efectos atmosféricos y geofísicos (descongelamiento de los polos, elevación del nivel del mar, alteración de temperaturas y ciclos hídricos locales y globales), tendrá efectos trascendentales en la vida humana: sequías que pueden ser causales de grandes hambrunas, tormentas e inundaciones de magnitudes enormes que podrán causar grandes desastres, nuevas cepas mutantes de microorganismos causales de enfermedades, consideradas erradicadas, alteración de la biodiversidad y patrones de producción, alteración de los patrones de consumo, reformas estructurales en los sistemas políticos y económicos de los países que permitirán nuevas relaciones y acondicionamientos geopolíticos en el mundo; o en el peor de los casos, podrían ocasionar nuevos conflictos mundiales, si la primacía del capital no cede su valor ante el trabajo colectivo.
¿Cómo podemos enfrentar este desafío cada uno de nosotros y la especie, en forma colectiva y global?
A nivel individual: es necesario y urgente cambiar nuestros hábitos de consumo y uso de los recursos, indispensable adoptar la cultura del reciclaje en todos los órdenes de la rutina cotidiana. La clave es ahorrar lo más que podamos en el uso de la energía, así como un uso racional del agua y los bosques.
A nivel de empresas: Aplicar planes de ahorro de energía, innovar procesos de producción más eficientes y superar la tradicional y universal jornada laboral de ocho horas, alternando turnos y adoptar la idea de semana corrida, sin paros generales sábados y domingos.
A nivel de gobiernos locales: Apostarle a proyectos locales de generación de energía, a partir de fuentes renovables y limpias, tales como la solar, la eólica. Organizar la recolección de desechos orgánicos y su uso para la generación de biocombustible, así como también coordinar el reciclaje de desechos sólidos, tales como plástico, metal, vidrio y papel-cartón. Reglamentar objetivamente el funcionamiento de automotores y maquinaria industrial, para minimizar la emisión de gases que contaminan el ambiente.
A nivel mundial: Implementar el Plan para estabilizar las emisiones de carbono. Ante la posibilidad de aumentar la fuente de carbón, por la crisis del petróleo, es necesario reglamentar la obligación para las empresas extractoras de carbón, de implementar la tecnología de Captura y Almacenaje del Dióxido de Carbono, que se libera al convertir el carbón en energía útil.
Para prever los efectos del calentamiento global sobre la salud humana y la seguridad alimentaria, las Naciones Unidas y los países más ricos, especialmente los que basan una buena parte de su economía en la industria de la guerra, deben valorar el patrimonio genético de la especie humana, enfrentar las prácticas del terrorismo buscando las profundas e históricas causas de la misma, para destinar muchos recursos económicos a los programas integrales de seguridad alimentaria y la prevención y mitigación de desastres que posiblemente podrán suceder.-
Aníbal Martínez es Ing. Agrónomo. S.G. CSUCA.http://alainet.org/active/23617
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lunes, 21 de abril de 2008
Treinta años de Hábitat I: ya basta con el modelo neoliberal de las ciudades!
Construir otras ciudades es posible por un nuevo pacto social urbano basado en los habitantes.
A treinta años de celebrada la primera Cumbre Mundial “Hábitat I”, en Vancouver los pobladores, los ciudadanos del mundo, constatamos un retroceso muy marcado de las condiciones de vida así como de los derechos inalienables que tenemos todos sus habitantes.
Al cabo de este tiempo no se ha cumplido ni siquiera de manera muy parcial con los objetivos y metas allí trazadas: el 15% de la población mundial está bajo desalojo a causa de las inversiones extranjeras en los países endeudados o en transición hacia la economía de mercado (como el caso de Karachi, Mumbai, New Delhi y Istanbul), las privatizaciones del sector y la liberalización del mercado inmobiliario (en gran parte de Europa, Rusia incluida, y EE.UU.), por limpiezas étnicas (desde la ex Yugoslavia hacia el Reino Unido), ocupaciones y guerras (Palestina y otras), especulaciones humanas sobre los desastres naturales, como en el caso del Tsunami y de New Orleans. Este muestra que ha fracasado también el objetivo n.º 11 de las Metas del Milenio de las Naciones Unidas que establece que tienen que ser mejoradas las condiciones de las viviendas de 100 millones de personas para 2020. Siendo realistas esta previsto que, en cambio, habrá 700 millones de chabolistas más. La principal razón de ello ha sido el fracaso de las estrategias facilitadoras y subsidiarias que asignaron el principal rol en materia de hábitat y desarrollo urbano al mercado, que debía auto-regularse y corregir los desequilibrios existentes. Lejos de mejorar las condiciones de vida y de habitabilidad de las mayorías de las ciudades, la globalización neoliberal ha traído nuevos problemas derivados de la mercantilización de los territorios y los servicios esenciales, y del dispendio de recursos vitales agotables como es el caso del agua. Este fenómeno está llevando a una pérdida acelerada de identidad de las comunidades humanas y de sus territorios, a una mayor segregación y marginalización de los habitantes de menores recursos, a la violación de derechos fundamentales de la persona y colectivos tales como la vivienda y la participacion, al alza indiscriminada de los precios del suelo urbano, a la puesta en marcha de desalojos masivos, y a la eliminación de contrapesos y regulaciones elementales, que caen derrumbados ante el embate de los grandes capitales. Junto con todo ello, las políticas neoliberales y los programas de ajuste estructural han alentado la privatización de los servicios públicos en todo el mundo y la transferencia de obligaciones elementales a las comunidades locales, ya sea a través de los gobiernos locales o de la comunidad organizada, circunscribiéndose el Estado a una labor subsidiaria insuficiente y a la focalización de las políticas de asistencia para atender a los más pobres, cuyo número sin embargo se ha incrementado en todas partes en el último decenio. Hoy día las inequidades son mucho más profundas a tal punto que ha sido puesta en cuestión la “gobernabilidad” de las ciudades donde crecen con fuerza cada vez mas dos mundos relacionados pero distintos: el formal y el informal, que crecen con sus propias normas, con sus propios códigos. En este contexto la idea de basar las políticas públicas en la formalización de los informales por medio de la simplificación de normas administrativas, y con la progresiva desaparición de la referencia al "derecho a la vivienda” también en los textos de UN-Hábitat, es de una superficialidad o ingenuidad impresionante. El imperio del capital en las ciudades del tercer mundo, no puede sino terminar modelando en ellas la espeluznante premonición que hiciera George Orwell en su famoso “1984”: ciudades policíacas donde se controla a millones de individuos miserables que sobreviven con gran dificultad en los alrededores de la ciudadela oficial. Sólo quienes no conocen las penurias que padece la gran mayoría de la población urbana en los países llamados en desarrollo, tales come en Lima, Sao Paulo, Mexico D.F., Buenos Aires, Abuja, Nairobi, Harare, pueden encontrar esta afirmación como exagerada. Y en lo que se refiere a las ciudades del “primer mundo”, o en transición hacia la economía de mercado, cualquier observador externo puede percatarse del proceso acelerado de “tercer mundialización” que experimentan año a año, no sólo debido a la migración creciente sino al propio deterioro de sus condiciones de existencia, a la creación de ghettos, que dieron origen por ejemplo, a las recien revueltas de la población joven de los barrios pobres de París, y de los habitantes de Bejing en contra de las destrucciones debidas a los Juegos Olimpicos. Y observamos también cómo ciudades históricas expulsan a sus habitantes y pierden el dinamismo de la vida en comunidad, tales como Venecia, Rennes, o Aachen, vaciándose de significado y hasta de contenido. Llamado para un nuevo pacto social urbano El desarrollo armónico de las ciudades, el respeto de los derechos fundamentales de las personas y el mejoramiento de las condiciones de vida de sus poblaciones, exige hoy más que nunca el establecimiento de un nuevo pacto social urbano que concierne a todos (associaciones de habitantes y movimientos sociales urbanos, autoridades locales y gobiernos, investigadores militantes y otros operadores) compartiendo principios (vivienda y ciudad como derechos, intervención pública, sustentabilidad, igualdad y no discriminación). En este pacto la autonomía y las diferencias de los actores deberian ser consideradas como parte de la soluccion de los problemas, no como problemas de cancelar por el mercado y la policia. Por lo tanto, este nuevo pacto social urbano implica ponerse de acuerdo en torno: al significado, material y simbólico, que tiene la ciudad para sus habitantes, para la región, para el país, para el mundo; a principios comunes que hagan viable una vida civilizada en su interior, con equidad de género y económica, en paz, con armonía y con sabiduría para administrar los conflictos como recursos. Entre otros:
• Respeto de los derechos individuales, collectivos en/de la ciudad
• No discriminación racial, social, economica y de genero
• Carácter colectivo de los bienes públicos
• Papel fundamental del sector publico y de la participacion para regolar y controlar el mercado
• Limitaciones de la propiedad de acuerdo a las necesidades y a los intereses del conjunto, sobretodo en materia de bienes escasos como son el agua o la tierra.
• Planificación participativa del desarrollo
• Democracia local y subsidiariedad activa En lo que se refiere específicamente a la vivienda y al desarrollo urbano, se debe tener en cuenta que los problemas urbanos y de hábitat tienen características específicas de acuerdo a cada realidad concreta, y que – por lo tanto – el planteo de soluciones debe ser flexible, adaptado a las circunstancias, con un enfoque que parta de lo local y de las necesidades de mejoramiento que existen en cada territorio, y deben ser diseñadas con participación activa de los habitantes y sus organizaciones y no a espaldas o en nombre de ella.
La aplicación de políticas uniformes de vivienda que promueven los organismos multilaterales y que no pueden ser modificadas por los países “beneficiarios”. Pero para ello es necesario que los estados nacionales, sobre todo en los países del sur, tengan posibilidades de contar con los recursos necesarios para que los programas adecuados a las necesidades reales de la gente tengan posibilidades de hacerse realidad. Desde esa perspectiva los movimientos sociales hemos estado proponiendo medidas prácticas tales como la imposición a las transacciones inmobiliarias especulativas y la creación de fondos populares para el mejoramiento de la vivienda, por ejemplo mediante fondos provenientes de la cancelación de la deuda externa. Sobre estas bases hacemos un llamado a Hábitat NNUU a acercarse a la gente, a renovar su vocación de servicio y su sensibilidad social, a dejar de lado filosofías privatistas y su fe inconmensurable en el mercado que tanto daño le ha hecho a los más pobres.
En este treinta aniversario de Hábitat I, proponemos empezar un nuevo camino de diálogo en el que de una vez por todas se escuche realmente la voz de los habitantes, los verdaderos hacedores de las ciudades que hoy no tienen voz.
Construir el espacio unitario de los movimientos sociales urbanos: hacia la Asamblea Mundial de los habitantes.
Este llamado será más fuerte a todos los niveles si los habitantes deciden conquistar los espacios y la legitimidad que le han sido negadas. Por lo tanto reforzamos la propuesta, lanzada durante el Foro Social Mundial, de construir el espacio unitario de las asociaciones y los movimientos sociales urbanos, que cuenta hasta ahora la adhesión de más de 200 organizaciones de más de 30 países: intercambio de experiencias, elaboración de estrategias comúnes, campaña de solidaridad global como la Campaña Desalojo Cero. Por lo tanto lanzamos un llamado a todos, organizaciones y redes, a organizar unitariamente en todo el mundo las Jornadas Mundiales Desalojos Cero y por el derecho a la vivienda (octubre de 2006) con ocasión del Worl Hábitat Day de UN-Habitat. Éstas serán una ulterior etapa para reforzar la voz de los habitantes frente a las contrapartes, pieza fundamental en la construcción de la Asamblea mundial de los Habitantes, de construir con los ritmos de los barrios, del nivel local/nacional/continental, que debería dar vida a la Via Urbana.
Vancouver, 19-23 de junio de 2006 Pulsa aquí por la invitación a la manifestación de protesta al FUM “Refuerza ahora el Derecho a la vivienda!” (Vancouver 19/06/06) Pulsa aquí para el sitio official del World Urban Forum Pulsa aquí para conocer el programa del seminario UN-AGFE sobre los desalojos.
Construir otras ciudades es posible por un nuevo pacto social urbano basado en los habitantes.
A treinta años de celebrada la primera Cumbre Mundial “Hábitat I”, en Vancouver los pobladores, los ciudadanos del mundo, constatamos un retroceso muy marcado de las condiciones de vida así como de los derechos inalienables que tenemos todos sus habitantes.
Al cabo de este tiempo no se ha cumplido ni siquiera de manera muy parcial con los objetivos y metas allí trazadas: el 15% de la población mundial está bajo desalojo a causa de las inversiones extranjeras en los países endeudados o en transición hacia la economía de mercado (como el caso de Karachi, Mumbai, New Delhi y Istanbul), las privatizaciones del sector y la liberalización del mercado inmobiliario (en gran parte de Europa, Rusia incluida, y EE.UU.), por limpiezas étnicas (desde la ex Yugoslavia hacia el Reino Unido), ocupaciones y guerras (Palestina y otras), especulaciones humanas sobre los desastres naturales, como en el caso del Tsunami y de New Orleans. Este muestra que ha fracasado también el objetivo n.º 11 de las Metas del Milenio de las Naciones Unidas que establece que tienen que ser mejoradas las condiciones de las viviendas de 100 millones de personas para 2020. Siendo realistas esta previsto que, en cambio, habrá 700 millones de chabolistas más. La principal razón de ello ha sido el fracaso de las estrategias facilitadoras y subsidiarias que asignaron el principal rol en materia de hábitat y desarrollo urbano al mercado, que debía auto-regularse y corregir los desequilibrios existentes. Lejos de mejorar las condiciones de vida y de habitabilidad de las mayorías de las ciudades, la globalización neoliberal ha traído nuevos problemas derivados de la mercantilización de los territorios y los servicios esenciales, y del dispendio de recursos vitales agotables como es el caso del agua. Este fenómeno está llevando a una pérdida acelerada de identidad de las comunidades humanas y de sus territorios, a una mayor segregación y marginalización de los habitantes de menores recursos, a la violación de derechos fundamentales de la persona y colectivos tales como la vivienda y la participacion, al alza indiscriminada de los precios del suelo urbano, a la puesta en marcha de desalojos masivos, y a la eliminación de contrapesos y regulaciones elementales, que caen derrumbados ante el embate de los grandes capitales. Junto con todo ello, las políticas neoliberales y los programas de ajuste estructural han alentado la privatización de los servicios públicos en todo el mundo y la transferencia de obligaciones elementales a las comunidades locales, ya sea a través de los gobiernos locales o de la comunidad organizada, circunscribiéndose el Estado a una labor subsidiaria insuficiente y a la focalización de las políticas de asistencia para atender a los más pobres, cuyo número sin embargo se ha incrementado en todas partes en el último decenio. Hoy día las inequidades son mucho más profundas a tal punto que ha sido puesta en cuestión la “gobernabilidad” de las ciudades donde crecen con fuerza cada vez mas dos mundos relacionados pero distintos: el formal y el informal, que crecen con sus propias normas, con sus propios códigos. En este contexto la idea de basar las políticas públicas en la formalización de los informales por medio de la simplificación de normas administrativas, y con la progresiva desaparición de la referencia al "derecho a la vivienda” también en los textos de UN-Hábitat, es de una superficialidad o ingenuidad impresionante. El imperio del capital en las ciudades del tercer mundo, no puede sino terminar modelando en ellas la espeluznante premonición que hiciera George Orwell en su famoso “1984”: ciudades policíacas donde se controla a millones de individuos miserables que sobreviven con gran dificultad en los alrededores de la ciudadela oficial. Sólo quienes no conocen las penurias que padece la gran mayoría de la población urbana en los países llamados en desarrollo, tales come en Lima, Sao Paulo, Mexico D.F., Buenos Aires, Abuja, Nairobi, Harare, pueden encontrar esta afirmación como exagerada. Y en lo que se refiere a las ciudades del “primer mundo”, o en transición hacia la economía de mercado, cualquier observador externo puede percatarse del proceso acelerado de “tercer mundialización” que experimentan año a año, no sólo debido a la migración creciente sino al propio deterioro de sus condiciones de existencia, a la creación de ghettos, que dieron origen por ejemplo, a las recien revueltas de la población joven de los barrios pobres de París, y de los habitantes de Bejing en contra de las destrucciones debidas a los Juegos Olimpicos. Y observamos también cómo ciudades históricas expulsan a sus habitantes y pierden el dinamismo de la vida en comunidad, tales como Venecia, Rennes, o Aachen, vaciándose de significado y hasta de contenido. Llamado para un nuevo pacto social urbano El desarrollo armónico de las ciudades, el respeto de los derechos fundamentales de las personas y el mejoramiento de las condiciones de vida de sus poblaciones, exige hoy más que nunca el establecimiento de un nuevo pacto social urbano que concierne a todos (associaciones de habitantes y movimientos sociales urbanos, autoridades locales y gobiernos, investigadores militantes y otros operadores) compartiendo principios (vivienda y ciudad como derechos, intervención pública, sustentabilidad, igualdad y no discriminación). En este pacto la autonomía y las diferencias de los actores deberian ser consideradas como parte de la soluccion de los problemas, no como problemas de cancelar por el mercado y la policia. Por lo tanto, este nuevo pacto social urbano implica ponerse de acuerdo en torno: al significado, material y simbólico, que tiene la ciudad para sus habitantes, para la región, para el país, para el mundo; a principios comunes que hagan viable una vida civilizada en su interior, con equidad de género y económica, en paz, con armonía y con sabiduría para administrar los conflictos como recursos. Entre otros:
• Respeto de los derechos individuales, collectivos en/de la ciudad
• No discriminación racial, social, economica y de genero
• Carácter colectivo de los bienes públicos
• Papel fundamental del sector publico y de la participacion para regolar y controlar el mercado
• Limitaciones de la propiedad de acuerdo a las necesidades y a los intereses del conjunto, sobretodo en materia de bienes escasos como son el agua o la tierra.
• Planificación participativa del desarrollo
• Democracia local y subsidiariedad activa En lo que se refiere específicamente a la vivienda y al desarrollo urbano, se debe tener en cuenta que los problemas urbanos y de hábitat tienen características específicas de acuerdo a cada realidad concreta, y que – por lo tanto – el planteo de soluciones debe ser flexible, adaptado a las circunstancias, con un enfoque que parta de lo local y de las necesidades de mejoramiento que existen en cada territorio, y deben ser diseñadas con participación activa de los habitantes y sus organizaciones y no a espaldas o en nombre de ella.
La aplicación de políticas uniformes de vivienda que promueven los organismos multilaterales y que no pueden ser modificadas por los países “beneficiarios”. Pero para ello es necesario que los estados nacionales, sobre todo en los países del sur, tengan posibilidades de contar con los recursos necesarios para que los programas adecuados a las necesidades reales de la gente tengan posibilidades de hacerse realidad. Desde esa perspectiva los movimientos sociales hemos estado proponiendo medidas prácticas tales como la imposición a las transacciones inmobiliarias especulativas y la creación de fondos populares para el mejoramiento de la vivienda, por ejemplo mediante fondos provenientes de la cancelación de la deuda externa. Sobre estas bases hacemos un llamado a Hábitat NNUU a acercarse a la gente, a renovar su vocación de servicio y su sensibilidad social, a dejar de lado filosofías privatistas y su fe inconmensurable en el mercado que tanto daño le ha hecho a los más pobres.
En este treinta aniversario de Hábitat I, proponemos empezar un nuevo camino de diálogo en el que de una vez por todas se escuche realmente la voz de los habitantes, los verdaderos hacedores de las ciudades que hoy no tienen voz.
Construir el espacio unitario de los movimientos sociales urbanos: hacia la Asamblea Mundial de los habitantes.
Este llamado será más fuerte a todos los niveles si los habitantes deciden conquistar los espacios y la legitimidad que le han sido negadas. Por lo tanto reforzamos la propuesta, lanzada durante el Foro Social Mundial, de construir el espacio unitario de las asociaciones y los movimientos sociales urbanos, que cuenta hasta ahora la adhesión de más de 200 organizaciones de más de 30 países: intercambio de experiencias, elaboración de estrategias comúnes, campaña de solidaridad global como la Campaña Desalojo Cero. Por lo tanto lanzamos un llamado a todos, organizaciones y redes, a organizar unitariamente en todo el mundo las Jornadas Mundiales Desalojos Cero y por el derecho a la vivienda (octubre de 2006) con ocasión del Worl Hábitat Day de UN-Habitat. Éstas serán una ulterior etapa para reforzar la voz de los habitantes frente a las contrapartes, pieza fundamental en la construcción de la Asamblea mundial de los Habitantes, de construir con los ritmos de los barrios, del nivel local/nacional/continental, que debería dar vida a la Via Urbana.
Vancouver, 19-23 de junio de 2006 Pulsa aquí por la invitación a la manifestación de protesta al FUM “Refuerza ahora el Derecho a la vivienda!” (Vancouver 19/06/06) Pulsa aquí para el sitio official del World Urban Forum Pulsa aquí para conocer el programa del seminario UN-AGFE sobre los desalojos.
Por la construccion de un espacio global comun y solidario
Las organizaciones y redes de habitantes, de cooperativas, sindicatos de inquilinos, centros comunitarios, de pueblos originarios y comites de lucha por el derecho a la vivienda, de todos los paises, hacen un amplio llamado por la unidad de los movimiemtos sociales urbanos que luchamos por hacer realidad nuestros derechos economicos, sociales y culturales, especialmente el derecho a la vivienda y a la ciudad en todo el mundo.
Considerando que:
La globalizacion neoliberal imperante, basada en la exclusion y la desigualdad, causa una creciente violacion al derecho a la vivienda, que deja como un resultado concreto: mas de mil millones de personas que viven sin vivienda o mal alojados, amenazados por desalojos, discriminados por guerras o de las catástrofes, porque son migrantes, mujeres, pobres, poblaciones discriminadas como por ejemplo los Dalit y los Rom;
la UN-Habitat prevé que sean más de 1,7 mil millones para el 2020 en todo el mundo, es decir que aumenten en un 70%;
el reembolso de la deuda externa exigido por el Banco Mondial y el FMI, es imposible y veleidoso el cumplimiento del target no. 7 de las Metas del Milenio establecidas por las Naciones Unidas, que prevee mejorar las condiciones de las viviendas de 100 millones de personas dentro del 2015;
cada dia surgen iniciativas en todo el mundo, organizaciones sociales, redes de habitantes, que resisten heoricamente a los desalojos, combaten las privatizaciones y la liberalizacion del sector de la vivienda, ocupan inmuebles vacíos y baldíos urbanos y defienden solidariamente el derecho a la vivienda;
en estas luchas cotidianas, surgen alternativas diferentes desde las comunidades, barrios, colonias, favelas, que prefiguran no uno sino varios modelos que estan llamados a convertirse en politicas publicas urbanas y rurales, asi como en alternativas reales de desarrollo humano sostenible;
con estas experiencias populares y sociales se demuestra la capacidad extraordinaria y madurez de los movimientos sociales urbanos por involucrarse creativa, eficaz y solidariamente en la solucion de las diferentes problematicas urbanas y rurales;
estos movimientos son diversos, tanto por su origen, su cultura y su ubicacion geográfica, pero comparten principios comunes de solidaridad y estan caracterizados por tener un fuerte arraigo social y el interes comun de construir otro mundo posible, afirmando que otras ciudades son posibles.
Por todo lo anterior, consideramos que es necesario reivindicar nuestro papel de actores sociales y retomar nuestra palabra y iniciativa de articulacion global desde las organizaciones de habitantes, con un fuerte despliegue de alianzas con otros actores y movimientos sociales, poderes locales, personalidades, y todo aquel que comparta con nosotros los principios del derecho a la vivienda y a la ciudad.
Por ello convocamos y respaldamos:
• la unidad de los movimientos sociales urbanos, para construir un espacio comun, global y solidario de encuentro para el intercambio de experiencias, debate, elaboracion de propuestas, impulsar iniciativas movilizadoras de accion conjunta, un espacio basado en el reconocimiento de la diversidad cultural, pero tambien de complementariedad y equilibrio, en el respeto a nuestro derecho de organizarnos de manera autonoma como movimiento urbano internacional;
• la participacion de los movimientos sociales urbanos por continuar el intercambio de experienzas, el debate y estableciendo una agenda comun a nivel regional y global, empezando por la lucha:
-por la seguridad y la dignidad de la vivienda y cero desalojos
-por el control popular sobre el pago de la deuda social y la anulación de la deuda externa
-por el relance de políticas publicas urbanas y de viviendas y contra las privatizaciones.
Uno de los principales desafios actuales ante la globalizacion neoliberal son nuestra coordinación y nuestras convergencias, solo asi estaremos en condiciones de construir otro mundo posible y otras ciudades posibles.
¡Ni una lucha aislada mas!
Promotores:
Alianza Internacional de Habitantes
Vincenzo Simoni Unione Inquilini,Italia
Giuseppe la Biunda, Cooperativa Coralli, Italia
Jean Baptiste Eyraud Droit au Logement, Francia
Sidiki Daff, CERPAC, Sénégal
Penda Ndiaye, Réseau des Femmes pour l'Acces au Foncier et a l'Habitat, Sénégal
Hameye Timbaleck Traore, Assistance Reconversion Developpement, Mali
Ibrahima Diop, Reseau des Habitants pour le developpement de Medina Gounass, Sénégal
Rajeev John Gorge National Forum for Housing Rights, India
Guillermo Rodriguez Curiel Frente Continental Organizaciones Comunales
Padre Daniele Moschetti, Kutoka Parish Network, Nairobi, Kenya
Cristina Almazan, UCISV-Pobladores, Xalapa, Mexico
Cheri Honkala Poor People's Economic Human Rights Campaign, USA
Francisco Caño Federación Regional de Asociaciones de Vecinos de Madrid, España
Jennifer Cox Kensington Welfare Rights Union, USA
Anselmo Schwertner Movimento Nacional de Luta pela Moradia, Brazil
German Lomtev, All-Russian Housing, Moscou, Russia
Raul Alayon Movimiento Uruguayo de los Sin Techo, Uruguay
Abu Rayhan-Al-Beeroonee Shelter for the Poor, Bangladesh
Juan Martinez, Consejo de Unidad Popular, Republica Dominicana
Union de Vecinos de Valle Gomez, Mexico
Foro Ciudadano por la Ciudad que Queremos, Xalapa, Veracruz, Mexico
Socrates Orlando Peguero, Frente Progresista Caletero, Republica Dominicana
Ernesto Jiménez Olin, Unión Popular Valle Gómez, Mexico D.F., Mexico
Marina Ragush, Association of tenants "Habitat", Serbia-Montenegro
Santos Mota, CODECOV, Dominican Republic
Las organizaciones y redes de habitantes, de cooperativas, sindicatos de inquilinos, centros comunitarios, de pueblos originarios y comites de lucha por el derecho a la vivienda, de todos los paises, hacen un amplio llamado por la unidad de los movimiemtos sociales urbanos que luchamos por hacer realidad nuestros derechos economicos, sociales y culturales, especialmente el derecho a la vivienda y a la ciudad en todo el mundo.
Considerando que:
La globalizacion neoliberal imperante, basada en la exclusion y la desigualdad, causa una creciente violacion al derecho a la vivienda, que deja como un resultado concreto: mas de mil millones de personas que viven sin vivienda o mal alojados, amenazados por desalojos, discriminados por guerras o de las catástrofes, porque son migrantes, mujeres, pobres, poblaciones discriminadas como por ejemplo los Dalit y los Rom;
la UN-Habitat prevé que sean más de 1,7 mil millones para el 2020 en todo el mundo, es decir que aumenten en un 70%;
el reembolso de la deuda externa exigido por el Banco Mondial y el FMI, es imposible y veleidoso el cumplimiento del target no. 7 de las Metas del Milenio establecidas por las Naciones Unidas, que prevee mejorar las condiciones de las viviendas de 100 millones de personas dentro del 2015;
cada dia surgen iniciativas en todo el mundo, organizaciones sociales, redes de habitantes, que resisten heoricamente a los desalojos, combaten las privatizaciones y la liberalizacion del sector de la vivienda, ocupan inmuebles vacíos y baldíos urbanos y defienden solidariamente el derecho a la vivienda;
en estas luchas cotidianas, surgen alternativas diferentes desde las comunidades, barrios, colonias, favelas, que prefiguran no uno sino varios modelos que estan llamados a convertirse en politicas publicas urbanas y rurales, asi como en alternativas reales de desarrollo humano sostenible;
con estas experiencias populares y sociales se demuestra la capacidad extraordinaria y madurez de los movimientos sociales urbanos por involucrarse creativa, eficaz y solidariamente en la solucion de las diferentes problematicas urbanas y rurales;
estos movimientos son diversos, tanto por su origen, su cultura y su ubicacion geográfica, pero comparten principios comunes de solidaridad y estan caracterizados por tener un fuerte arraigo social y el interes comun de construir otro mundo posible, afirmando que otras ciudades son posibles.
Por todo lo anterior, consideramos que es necesario reivindicar nuestro papel de actores sociales y retomar nuestra palabra y iniciativa de articulacion global desde las organizaciones de habitantes, con un fuerte despliegue de alianzas con otros actores y movimientos sociales, poderes locales, personalidades, y todo aquel que comparta con nosotros los principios del derecho a la vivienda y a la ciudad.
Por ello convocamos y respaldamos:
• la unidad de los movimientos sociales urbanos, para construir un espacio comun, global y solidario de encuentro para el intercambio de experiencias, debate, elaboracion de propuestas, impulsar iniciativas movilizadoras de accion conjunta, un espacio basado en el reconocimiento de la diversidad cultural, pero tambien de complementariedad y equilibrio, en el respeto a nuestro derecho de organizarnos de manera autonoma como movimiento urbano internacional;
• la participacion de los movimientos sociales urbanos por continuar el intercambio de experienzas, el debate y estableciendo una agenda comun a nivel regional y global, empezando por la lucha:
-por la seguridad y la dignidad de la vivienda y cero desalojos
-por el control popular sobre el pago de la deuda social y la anulación de la deuda externa
-por el relance de políticas publicas urbanas y de viviendas y contra las privatizaciones.
Uno de los principales desafios actuales ante la globalizacion neoliberal son nuestra coordinación y nuestras convergencias, solo asi estaremos en condiciones de construir otro mundo posible y otras ciudades posibles.
¡Ni una lucha aislada mas!
Promotores:
Alianza Internacional de Habitantes
Vincenzo Simoni Unione Inquilini,Italia
Giuseppe la Biunda, Cooperativa Coralli, Italia
Jean Baptiste Eyraud Droit au Logement, Francia
Sidiki Daff, CERPAC, Sénégal
Penda Ndiaye, Réseau des Femmes pour l'Acces au Foncier et a l'Habitat, Sénégal
Hameye Timbaleck Traore, Assistance Reconversion Developpement, Mali
Ibrahima Diop, Reseau des Habitants pour le developpement de Medina Gounass, Sénégal
Rajeev John Gorge National Forum for Housing Rights, India
Guillermo Rodriguez Curiel Frente Continental Organizaciones Comunales
Padre Daniele Moschetti, Kutoka Parish Network, Nairobi, Kenya
Cristina Almazan, UCISV-Pobladores, Xalapa, Mexico
Cheri Honkala Poor People's Economic Human Rights Campaign, USA
Francisco Caño Federación Regional de Asociaciones de Vecinos de Madrid, España
Jennifer Cox Kensington Welfare Rights Union, USA
Anselmo Schwertner Movimento Nacional de Luta pela Moradia, Brazil
German Lomtev, All-Russian Housing, Moscou, Russia
Raul Alayon Movimiento Uruguayo de los Sin Techo, Uruguay
Abu Rayhan-Al-Beeroonee Shelter for the Poor, Bangladesh
Juan Martinez, Consejo de Unidad Popular, Republica Dominicana
Union de Vecinos de Valle Gomez, Mexico
Foro Ciudadano por la Ciudad que Queremos, Xalapa, Veracruz, Mexico
Socrates Orlando Peguero, Frente Progresista Caletero, Republica Dominicana
Ernesto Jiménez Olin, Unión Popular Valle Gómez, Mexico D.F., Mexico
Marina Ragush, Association of tenants "Habitat", Serbia-Montenegro
Santos Mota, CODECOV, Dominican Republic
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