viernes, 25 de julio de 2008

Bolívar revolucionario vive en el siglo XXI

Caracas, 24 Jul. ABN (Lena Jahn).-
Hoy no puede hablarse del mismo escenario. Tampoco de la misma sociedad. Sin embargo, 225 años se diluyen en la figura de quien en vida luchó por la felicidad de los pueblos y cuya obra trascendió al término de sus días: Simón Bolívar, hacedor de libertad, ideario andante que, dos siglos después de su natalicio, se convirtió en el estandarte de una batalla revolucionaria, socialista y humanista.
"El sistema de gobierno más perfecto es aquel que produce mayor suma de felicidad posible, mayor suma de seguridad social y mayor suma de estabilidad política", sentenció alguna vez el Padre de la Patria. Sus palabras no han sido descartadas; por el contrario, en una suerte de homenaje necesario, han sido rescatadas por la actual gestión política, dirigida por el presidente de la República, Hugo Chávez Frías.
Con un norte claro que apunta al socialismo, el Gobierno venezolano ha dado piso firme al pensamiento bolivariano, reivindicándolo y situándolo en una perspectiva que lo adecúa al contexto actual. Y es que justamente a partir de un modelo socialista americanista, que nada tiene que imitar al de la vieja Europa, Venezuela experimenta un proceso revolucionario único en su estilo. Un proceso bolivariano.
"El nuevo socialismo no debe basarse en el del siglo XX, en el de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS). Tiene que ser un socialismo humanista, basado en el pensamiento de Simón Bolívar", plantea el director de la Casa de Nuestra América José Martí, Sergio Briceño. "El pensamiento de Bolívar evolucionaba hacia el socialismo, y hoy es nuestro país el que evoluciona hacia el socialismo. Su doctrina está vigente, porque él, además de la gesta independentista contra el imperio español, tenía un gran interés por las mayorías empobrecidas", añade. Briceño, quien también es profesor jubilado de la Universidad Pedagógica Experimental Libertador (Upel), asegura que El Libertador, a pesar de haber sido mantuano y de haber concentrado grandes riquezas, nunca se ocupó de engrandecer su fortuna, sino que se despojó de todo para dedicar su vida a la liberación latinoamericana y a la transformación social. "Bolívar no pudo ver concretados sus ideales, incluso sintió haber "arado en el mar"; pero ahora, en el siglo XXI, la posibilidad de llevar a término sus objetivos es histórica. La revolución trabaja en eso", subraya, y aexpresa que si bien el camino hacia el establecimiento del socialismo es largo, la tutela del pensamiento bolivariano constituye una guía infalible para alcanzarlo.
Bolívar: referencia inmediata de nuestra América
Si El Libertador no era socialista en el sentido estricto del término, al menos lo era de manera simbólica. Así lo cree el profesor de la Universidad de Costa Rica, Miguel Alvarado, quien asistió al I Encuentro Internacional sobre la Vigencia del Pensamiento Bolivariano y Martiano, celebrado esta semana en la Universidad Bolivariana de Venezuela (UBV). "Bolívar tenía una visión emancipadora de los pueblos latinoamericanos, una visión humanista cuyo horizonte no se restringía a las fronteras del Estado", detalla. Alvarado relata que en el momento histórico de Bolívar la lucha era de carácter anticolonialista frente a una estructura de dominación; mientras que hoy en día dicha esta estructura reside en el sistema económico capitalista moderno o tardío. Aun así, reconoce que en ambos casos destaca un proceso de construcción de humanidad. "Hay una continuidad histórica del pensamiento de Bolívar porque es la referencia inmediata de nuestra América, una referencia como identidad cultural, como elemento de reinterpretación de la realidad de los pueblos frente a una historia común y un enemigo común", expresa. Justifica la vigencia del pensamiento bolivariano en el hecho de que este haya quedado inconcluso, producto de una serie de factores como la permanencia de estructuras coloniales pese a los procesos independentistas. "Esa tarea inconclusa une a América Latina, pero esta vez con la oportunidad inédita de una ruptura del modelo globalizante, de la visión hegemónica, del discurso único ante el cual los pueblos deben reivindicarse como sujetos históricos, heterogéneos y diversos", puntualiza Alvarado, quien considera la experiencia de Venezuela "sumamente meritoria".
"Que haya conciencia de lo que significa Bolívar para Venezuela y América Latina, que exista un rescate de la identidad que no se limita a estas fronteras sino que abarca el continente, es la posibilidad de retroalimentarnos, de cruzar puentes que siempre han existido y que ahora la Revolución Bolivariana está visibilizando", sostuvo. Dando curso a su legado Libertad, seguridad, prosperidad e igualdad: derechos del hombre que el Libertador calificó, en conjunto, como "la felicidad general, que es el objeto de la sociedad".
Entender las premisas de la revolución en marcha precisa del conocimiento previo del pensamiento bolivariano, porque el vínculo entre una cosa y otra es muy estrecho. Diversos programas que lleva a cabo el Gobierno Nacional como las misiones sociales -que abarcan aspectos clave como la educación y la salud- , la reactivación del desarrollo endógeno, el respaldo a los sectores tradicionalmente excluidos y la transferencia del poder a estos, entre otras medidas, son la expresión actual del ideario de Simón Bolívar. "El primer deber del gobierno es dar educación al pueblo". "La soberanía del pueblo es la única autoridad legítima de las naciones". "La minería, la agricultura, el comercio productivo y la industria son el origen de la abundancia y prosperidad nacional". Máximas que orientaban la gesta del Libertador y que hoy en día adquieren concreción. Inclusive la creación del Partido Socialista Unido de Venezuela (Psuv) constituye un paso al frente en la dirección que Bolívar señaló poco antes de morir: "Cuando cesen los partidos y se consolide la unión, yo bajaré tranquilo al sepulcro".
Lo cierto es que el socialismo fue, es y será la eterna búsqueda de los pueblos para lograr el equilibrio social y la justicia económica, que tiene como enemigos insalvables al capitalismo con sus políticas neoliberales, tal como lo señala Jorge Mier Hoffman, en su trabajo El socialismo bolivariano. En su obra, alojada en Internet, el escritor describe el socialismo bolivariano como el gobierno de las mayorías, cuyas voluntades se imponen sobre las individualidades. En otras palabras, lo califica como "una doctrina de un alto contenido social". Así, de una u otra forma, el modelo sociopolítico en curso persigue rescatar lo que en su momento fue punta de lanza de un proceso independentista, liderado por Simón Bolívar, y situarlo nuevamente como objetivo de lucha, manteniendo vigente desde hoy y hasta siempre el legado del Libertador, quien en este siglo XXI revoluciona, emancipa y vive con los venezolanos.

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